domingo, 2 de junio de 2024

💃 MAMMA MIA 2024 🕺- Más que un musical 🎵 - Mi experiencia 🙌

El pasado 27 y 28 de mayo tuve el gran honor de participar junto con mis compañeros de 1º de Bachillerato en el musical Mamma Mia, organizado por mi instituto. Como viene siendo costumbre estos últimos años, en mi centro educativo se lleva a cabo un espectáculo de teatro musical en la asignatura de MAE, coreografiando canciones en conjunto con toda la clase, representando el guion de la obra escogida, y poniendo el producto final en común a compañeros, amigos y familias a finales de mayo.

Estoy escribiendo estas palabras porque considero que debo plasmar por escrito la multitud de sensaciones positivas y de agradecimiento que siento por haber podido contribuir con mi granito de arena a esta composición artística tan fascinante. No hablo en nombre de todos mis compañeros, pero hasta donde he podido comprobar, la gran mayoría ha disfrutado de esta experiencia sobremanera, y de todos sus maravillosos momentos: risas y lágrimas, esfuerzo y gratificación, dedicación y recompensa. Tengo muchas cosas que contar, aunque mi cabeza sea un popurrí de recuerdos, sentimientos y letras de ABBA, intentaré ordenarlas a continuación.

Pero lo primero de todo, ¿qué es un musical? Según Wikipedia, es una forma de expresión de arte escénico en el que la acción se desarrolla con secciones cantadas y bailadas después de un diálogo breve. Y este año, el musical que iríamos a representar los alumnos era Mamma Mia.

Tras ver la película en clase antes de nada, nos pusimos manos a la obra a empezar a diseñar la coreografía de las canciones, comenzando por la propia Mamma Mia. En clase, estos meses transcurrieron practicando los bailes en grupo bajo los ritmos y melodías animados de ABBA en sus diversos temas. A base de trabajo y esfuerzo, llegamos a la friolera de nueve canciones grupales, cada una con un abanico de pasos de baile diferentes e interesantes, apropiados para cada momento de la canción.

Además de las canciones, también había que trabajar en el aspecto del guion y las actuaciones como tal... y vaya que si trabajamos. Las personas que nos presentamos voluntarias para tener un papel en la obra nos dividimos en dos grupos. Sinceramente creo que ambos grupos de teatro tuvimos gran compromiso a la hora de asistir a los ensayos en muchos recreos y tardes, así como dando lo mejor de nosotros actuando: perfeccionando detalles, mejorando la vocalización de cara al público, aprendiéndonos el guion, etc. Además, los miembros que cantamos canciones de forma solista a su vez ensayamos con el pianista y director del centro en varias ocasiones. Y después de muchos ensayos, prácticas y repasos...



¡Por fin llegaron los días del espectáculo! El centro cultural bullía de actividad y trabajo, calibrando factores técnicos, ensamblando decorados, y más. Tras instalarnos en los vestuarios y llevar a cabo un breve ensayo general, estábamos más que ansiosos por dar comienzo a los pases. Saliera mejor o peor, daríamos lo mejor de nosotros mismos, repletos de entusiasmo y con la satisfacción de haber trabajado en conjunto para ofrecer el mejor resultado posible.

Y vaya si ofrecimos tremendo espectáculo. Nos entregamos a fondo en cada pase, intentando mejorar cada matiz con cada representación. Cada una de las personas involucradas en este proyecto, independientemente de su papel, contribuyeron a formar un musical fascinante y una experiencia verdaderamente inolvidable. Personalmente, estaré eternamente agradecido por haber formado parte y vivido tan de cerca esta experiencia tan conmovedora.

Por mucho que fuéramos un puñado de adolescentes cantando y bailando, para mí ha sido muchísimo más que eso. Ha sido la oportunidad de expresarme artísticamente en lo que a teatro y coreografía se refiere, explorando una faceta musical personal que nunca me había parado a indagar; ha sido la oportunidad de actuar en un escenario delante de cientos de personas, ha sido la oportunidad de forjar recuerdos preciosos con mis compañeros. Sé que suena cursi, pero genuinamente me llevo plenitud de memorias súper gratificantes de las que me acordaré para, muy probablemente, el resto de mi vida. Vale, que sí, también me acordaré del pestilente olor del vestuario masculino, mezcla dispar de mucho sudor y desodorante por doquier. Eso también lo rememoraré 😅.

Y el resto es historia. Reconozco que los días inmediatamente posteriores al musical fueron durillos mentalmente. Volver a la rutina fue un brusco choque de realidad con respecto a los días anteriores. Aún así, desde ese momento hemos estado recordando los instantes vividos, ya sea tarareando las melodías de Dancing Queen o bailando los pases de Gimme Gimme Gimme. Ah, y una cosa que no tiene precio fueron los comentarios de agradecimiento y felicitaciones por parte de profesores, compañeros, familiares, amigos... me alegra saber que disfrutaron del show; al fin y al cabo, ese era el objetivo, y por lo visto, lo cumplimos con creces.

Y ya para cerrar esta breve disertación sobre mi experiencia y memorias de esta maravillosa actividad, me gustaría comunicar mis agradecimientos personales. En general, me gustaría dar las gracias de corazón a cada persona que ha tenido que ver con el musical de una u otra forma. Tanto si eres Jaimito Martínez, hermano pequeño de la Amiga 12, y fuiste a ver un pase, como si formaste parte de los grupos de actuación actuando en el escenario, pasando por los múltiples técnicos visuales y de sonido del centro cultural. Seas quien seas, sin ti el musical no hubiera sido lo mismo.

Gracias a mis compañeros y compañeras de clase por haber colaborado. Entre todas las clases, somos muchísimas personas involucradas en los bailes: Si bien estos eran más inquietos, o a otros no les apasionaba la idea de ponerse a bailar en grupo, hicimos un esfuerzo colectivo por sacar adelante casi una decena de coreografías interesantes y variadas. Con más o menos expresividad, la dedicación que todos los alumnos hemos tenido es innegable.

También considero necesario enfatizar el trabajo de José Ignacio, director del instituto y pianista. Considero que ha sido una pieza crucial durante toda la realización del musical. Me parece encomiable la capacidad de tocar todas las canciones de manera impecable durante todos y cada uno de los pases, así como durante los ensayos y siempre que hiciera falta, dispuesto a hacer de base en todo momento. José Ignacio ha sido la gasolina proporcionada para hacer funcionar el musical en todo momento, me parece que tiene un mérito loable.

Y bueno, no podía terminar esta entrada sin mencionar a la persona que está detrás de todo esto, la razón por la que cada año los alumnos de 1º de Bachillerato somos afortunados de vivir esta apasionante experiencia. Felipe, profesor de música. La cantidad de pasión y sentimiento que dedica es inigualable, acompañado de muchísimas gestiones de administración y burocracia. Si todos hemos dedicado tiempo y esfuerzo para que salga adelante, Felipe lo ha dedicado como el que más, con toda su energía y ánimos constantes. Por haber sido el pedazo de profesor y mejor persona que hubiéramos podido tener y haber organizado una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida, muchísimas gracias 🫶.

Yo ya me despido, espero que hayáis disfrutado de esta lectura y de mis pensamientos sobre esta apasionante experiencia. Como siga escribiendo me voy a quedar sin adjetivos para describir el musical... 😉 He intentado expresarme de la forma más adecuada posible, sin explayarme demasiado en detalles de menor relevancia. Por ejemplo, los momentos entre bambalinas o en los camerinos, ya que pasaron gran cantidad de acontecimientos apartados de los focos. Espero que, si estás leyendo esto y participaste en el musical o simplemente fuiste a ver alguno de los pases, me puedas regalar unos minutos de tu tiempo para dejarme en comentarios tu experiencia. Me encantaría saber qué opinaste del show 😄.

Gracias por leer y ¡hasta la próxima! 👋😊

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